Especialistas en informes periciales psicológicos y preparación para juicios y entrevistas del equipo psicosocial.
Buscar

3 síntomas para detectar si tu hijo sufre acoso escolar

El acoso escolar es una lacra que lleva ocurriendo desde la escolarización masiva de los niños y niñas. El origen se puede situar en algún defecto físico, por ser diferente al resto, no seguir modas o peinarse diferente. A pesar de ello, un aspecto común en la práctica totalidad de los casos es que los que lo sufren, lo hacen en silencio.

Ese silencio es debido en ocasiones al concepto de “normalidad” que asumen los niños de la situación. También se explica mediante la vergüenza que puedan sentir por ser objeto de este acoso, o incluso lo llegan a justificar con el merecimiento de dicho sufrimiento. También existe la posibilidad que no comenten este hecho con nadie por miedo a que no consideren su relato como real. Pero a pesar de estas dificultades para detectarlo, es fundamental hacerlo temprano para evitar daños psicológicos graves y permanentes. Aquí os vamos a desgranar algunas claves para detectarlo a tiempo:

  1. Diferenciar entre acoso escolar y una agresión puntual. Para dictaminar cuál es el caso que estamos observando debemos interpretar la duración de esa agresión, es decir, si es constante en el tiempo. Se caracteriza por el desequilibrio de poder (la víctima, sola, frente a agresores y observadores)
  2. La sintomatología que debe alertarnos recoge un cambio de comportamiento en la víctima, que a menudo se confunde con los comportamientos propios de la adolescencia. Hay que detectar si el chico/a deja de llevar a cabo sus aficiones o sufre cada domingo con la vuelta a la escuela o instituto. Otro aspecto que refleja esta situación es el descenso en el rendimiento escolar. También hay que contar con las “pérdidas” o robos que pueda sufrir la víctima, o la petición de dinero a sus padres para dárselo a los acosadores. Por último, hay que mencionar los efectos fisiológicos que puede experimentar como: dolor de cabeza, problemas estomacales o alteraciones del sueño.
  3. También hay que tener en cuenta el ciberacoso que se origina a través de smartphones, tablets u ordenadores. Las redes sociales son un vehículo para el acoso que todo padre debe controlar en caso de sospechar que su hijo pueda estar sufriéndolo.

A pesar de ser una situación sin edades exactas, los cursos más problemáticos son 5º y 6º de primaria donde se encuentra el punto álgido del acoso escolar. El comienzo suele ser verbalizado (insultos), que van aumentando hasta alcanzar el aislamiento de la víctima. La detección temprana de la situación puede evitar graves daños psicológicos en los niños como el estrés postraumático (Es un cuadro muy poco diagnosticado porque se asocia a un gran trauma, pero los casos de acoso por repetición pueden generar un trauma mediano que produce el mismo efecto que la exposición a un gran evento).

El apoyo paterno se convierte en fundamental para el niño, evitando la sensación de soledad y abandono. No se debe restar importancia al asunto, ni culpar a la víctima. En numerosas ocasiones el cambio de colegio asoma como la solución al problema, pero no siempre significa el fin del acoso. Es en ese momento cuando aparece el círculo de victimización repetida, donde su vulnerabilidad se convierte en un atractivo para los acosadores.

Si has notado alguno de estos síntomas en tu hijo/a, no dudes en contactar con nosotros.

Contactar:

Compartir:

Otros artículos:

Especialidades:

Áreas: